Con Carlos en la cima |
El 29 de mayo de 2021 dos de los Bonorruteros (Carlos y yo) aprovechamos la mañana para hacer una excursión corta por el monte Dobra. El día se presentaba con algo de lluvia y niebla, lo cual presagiaba que no tendríamos vistas en la cima, como así fue, aunque el entorno del Dobra tiene otros muchos atractivos, como ahora os contaré. Salimos de Viérnoles para iniciar un primer tramo de asfalto donde divisamos las verdes fincas de la zona.
En una de las primeras cuestas nos cruzamos con un paisanuco que con su sabiduría popular nos confirmó lo que nos esperaba: "Igual hace falta el paraguas, arriba rocía fuerte". Seguimos subiendo hasta alcanzar una bifurcación con una mapa que nos dirigía por el "Sendero de la Sierra".
Ya por pista y ascendiendo llegamos hasta la Sel de Alisas, donde un sendero nos llevaba a los pies del Pico de la Capía o Pico Dobra. Antes de llegar, empezamos a ver los primeros postes de un interesante circuito de trail de 10 kms., señalizado para el entrenamiento de los corredores de montaña, entre los que me incluyo, como sabéis.
Cartel de La Calera |
Para alargar la marcha bajamos por la vertiente de Puente Viesgo, andando por senderos entre ganado y pinos (con bolsas de procesionaria, desgraciadamente), rodeados de niebla, hasta alcanzar una carretera que suponíamos bajaba hasta el pueblo entre cabañas. Decidimos darnos la vuelta en ese punto, aunque se nos presentó una variante por un camino que indicaba "La Calera" y que desconocíamos a que se refería. Cuando llegamos al lugar, conocido como "El Calero de la Peña del Ramo" nos encontramos con un vestigio de los oficios cántabros, un horno para fabricar cal (Calera, de ahí el nombre). No sólo estaba señalizado sino que, un poco más abajo del letrero, había un cercado donde se había recuperado el hoyo en el que se ubicaba el horno (de 1'70 de profundidad y 2'50 de diámetro), con su muro de sillarejo de piedra caliza a canto seco. Muy interesante, a pesar de que la maleza le rodeaba debido a un triste abandono.
No pararon hay los descubrimientos, también vimos un poco después una especie de miliario romano, de tiempo de los antiguos cántabros, que venía a certificar los diversos restos arqueológicos de las Guerras Cántabras que se han descubierto en la sierra del Dobra.
Retomamos el Pico de la Capía por segunda vez y con el mismo resultado, sin vistas a las montañas de Cantabria. Esta tierra es así, el verdor tiene un precio. En la bajada pudimos disfrutar de la primavera, que ya mostraba sus adornos, y de los animales de granja (cabras, ovejas, gallinas o perros) que nos acercaban a la civilización.
Como siempre, realicé un vídeo de la ruta que, pese a la niebla, os puede resultar interesante y ameno, al estar acompañado por la música de Luétiga.