domingo, 31 de agosto de 2008

Jesús F. R. Leal Pregonero de la Fiesta de las Guerras Cántabras 2008, de interés turístico nacional


En el mes de agosto de 2008 la Asociación de la Fiesta de las Guerras Cántabras (AGUECAN) me otorgó el honor de ser pregonero de la Fiesta. Lo acepté encantado y les agradezco su designación, que recibo como un reconocimiento a mi trabajo a través de las novelas en la divulgación de esta época histórica de Cantabria y a nuestra colaboración conjunta en dar a conocer la fiesta en el ámbito literario mediante  diversas exposiciones realizadas en las presentaciones de mis novelas y en las Ferias del Libro de Santander 2008 y 2009, gracias.
PREGÓN DE LA FIESTA DE LAS GUERRAS CÁNTABRAS 2008 (Praeconium)
  
   ¡Bienvenidos un año más Guerreros y Tribus cántabras, nos alegramos de veros y deseamos que los Dioses de la Naturaleza os den las fuerzas necesarias en vuestra pertinaz lucha contra los invasores, durante los próximos soles! 
¡Bienvenidos también vosotros Legionarios Romanos, vuestro Imperio ha dominado el mundo conocido, sois respetados y temidos, y venís dispuestos a conquistar al último Pueblo que se os resiste pero no será fácil y al final,  admiraréis a los Cántabros por su heroísmo!

  ¡Bienvenidas Autoridades que habéis querido estar presentes en la recreación de este importante capítulo de nuestra historia, digno de vuestra presencia!
De Pregonero...

¡Bienvenidos finalmente vecinos y visitantes, Bienvenidos a contemplar la recreación de unos hechos históricos que nos conmueven y nos llenan de orgullo, que hablan de cómo un Pueblo Guerrero que habitaba en estas montañas supo enfrentarse con un heroico valor al ejército más poderoso de la época, al Imperio Romano.  
Y opuso tal resistencia a perder su libertad y su modo de vida que fue el último en ser conquistado. Y no lo digo yo, lo dijeron los propios romanos como el historiador Anneo Floro en sus Guerras Cántabras “Los Cántabros fueron los primeros (prior), los más duros (acrior) y los más pertinaces (pertinax) en guerrear (in rebellando animus)”  Y sabed más, sabed que aquí, en este pueblo de los Corrales, y en general en este valle de Buelna y alrededores, encontraréis todavía hoy vestigios de aquellos tiempos. Y no sólo por la propia Fiesta con sus diferentes escenarios, sus recreaciones, las Tribus Cántabras y Legiones romanas, y los personajes históricos… No sólo por eso, sino porque aquí hallaréis auténticos vestigios de hace dos mil años como las grandes estelas cántabras (la de Barros, la de Lombera, y no muy lejos la de Zurita, como muestra de los cultos divinos (al Sol y a la luna) y de los símbolos guerreros y funerarios del Pueblo Cántabro..), hallareis también restos de calzadas romanas, la gran obra de ingeniería del Imperio romano, en concreto de la Calzada de los Blendios (que en Fresneda o entre Pesquera y Barcena de Pie de Concha sorprendentemente aún se conserva..), podréis serpentear entre las piedras que nos recuerdan los castros cantabros o los surcos que nos hacen imaginar los campamentos romanos (en Tarriba, en la sierra del Dobra, o en la Espina del Gallego…)
 
E incluso algunos Kantabri no se rindieron nunca y lo pagaron con la muerte en la batalla, en una Guerra desigual o incluso con la muerte voluntaria por temor a la esclavitud arrojándose al fuego, por la espada o por el veneno.
Y por todo ello estamos hoy aquí, en recuerdo de ese espíritu indomable, porque admiramos como amaban a su tierra, a su tribu, como respetaban sus costumbres y sus creencias hasta el punto de sacrificarlo todo!

            También podéis contemplar, con sólo daros la vuelta, a unos testigos que lo vieron todo, pero que no nos lo pueden contar, son las Montañas (las estribaciones de la Cordillera Cantábrica al sur y las sierras de Ibio y Dobra al norte, que protegen a este pueblo. Viniendo de Santander o Torrelavega por la Autovía, si os fijáis con detalle, tendréis la impresión de que al acercaros a los Corrales ambas sierras (Ibio y Dobra) se van cerrando poco a poco hasta impediros cruzarlas, como si no permitiesen el paso de los foraneos. Ancestralmente sólo el río Besaya pudo abrir una grieta en sus entrañas. Hoy un túnel nos permite atravesarlas pero estas moles de piedra, junto al resto de la cordillera cantábrica, protegieron al antiguo pueblo cántabro y le dieron nombre, porque Cántabros son los que habitan las montañas, los montañeses, los Kant-abri como se hacían llamar. Por aquí concretamente andarían los Avariginos o los Salaenos o los Koniskos, o algún Orgenomesko despistado o quizás otras tribus, que no se me enfade ninguna.    

Estela obsequio de AGUECAN al pregonero

¡En nombre de la Fiesta de las Guerras Cántabras os invito a que conozcáis un poco más la historia de este pueblo, que disfrutéis viendo desfilar a Cántabros y Romanos, que conozcáis las cabañas de sus poblados y las tiendas de sus campamentos, que escuchéis las embaucadoras razones del Emperador Augusto, la épica de Korokotta, las arengas de los generales romanos Antistio y Agripa, los oráculos de los Druidas y los augurios de Selenia, la heroicidad del pueblo cántabro, sus costumbres, sus Dioses, sus creencias,…su forma de vida en libertad y fundida con la naturaleza, ¡Estaba tan arraigada en ellos, que pusieron en riesgo su continuidad como Pueblo antes que someterse al yugo romano! (está escrito por los romanos “cantabrum indoctum iuga ferre nostra”)
Pero visitantes, no es quedéis sólo mirando ¡Insisto, Id al Poblado Cántabro, entrad en sus cabañas, los cántabros, aunque algo rudos, son muy hospitalarios, no os preocupéis que NO os darán con la puerta en las narices. También entrad en el Campamento romano, en sus tiendas, a pesar de que el aspecto de los Legionarios parezca distante, demasiado marcial o ceremonioso, los romanos también os recibirán con mucho agrado!
¡Aprovechadlo porque esta Fiesta de las Guerras Cántabras es como cuando se nos acerca una chica o un chico guapos en plan interesante… “uno no suele encontrarse estas situaciones habitualmente”, así que estos días sois unos privilegiados!  
  Y ello gracias a los Corraliegos, toda mi admiración para vosotros y para Aguecan, la Asociación de las Guerras Cántabras. Estáis colaborando en conservar la historia, como otros lo hicieron antes.
Porque la historia no se mantiene sola, hay que revivirla. Os recordaré que hubo unos siglos aciagos en los que la historia de los antiguos cántabros fue casi olvidada e incluso hubo intentos de absorber nuestra historia por nuestros vecinos. Sólo algunos autores locales luchadores pero poco reconocidos lo defendían y tuvo que venir un historiador imparcial, el padre Florez en el siglo XVIII (allá por el año 1.780), que era un estudioso que desconocía nuestra Historia pero que a través de la lectura de las fuentes clásicas greco-latinas y del reconocimiento del terreno recuperó definitivamente que había un pueblo, los cántabros, independiente de unos y de otros, desde hace dos mil años y que se enfrentó como ninguno al Imperio Romano. Y dejó un libro para la historia “La Cantabria”.     


En pleno acto del Pregón
  Después han venido historiadores y arqueólogos importantísimos que han consolidado nuestras raíces tan antiguas pero Vosotros, Corraliegos, con este esfuerzo estáis haciendo viva la historia. Sois la importantísima parte “popular” de nuestro pasado, la que recuerda con el corazón no sólo con los datos; la que recuerda reviviendo las costumbres no sólo con los vestigios; la que recuerda con la pasión de querer conservar las tradiciones y sentirse orgulloso.
Porque estoy seguro que no os mueve el afán de posteridad sino el verdadero sentimiento, sin él ninguna de estas cosas es posible, y es el sentimiento de ser parte de un pueblo importante, con Historia, con una naturaleza sin igual y con unas gentes enriquecidas por la mezcla de pueblos que han pasado y se han asentado en nuestra tierra. Porque no sólo somos hijos de aquellos antiguos Cántabros sino también de los Romanos que aquí se asentaron… y de los Visigodos y de algunos que llegaron desde el sur, del este e incluso del oeste, etc…
Bien se puede aplicar a vosotros la famosa frase que Silio Itálico, cronista de guerra romano, dedico a los antiguos cántabros “Mirus amor populo”. Se refería con ella a los ancianos que sacrificaban su vida por amor a su pueblo cuando ya no podían ser útiles y para no ser una carga. Era algo injusto pero que demostraba “un admirable amor por su pueblo” en unos tiempos donde la supervivencia era mucho más difícil que hoy en día. Así vosotros al organizar esta fiesta, con todo el esfuerzo que ello supone, estáis demostrando un admirable amor por vuestra tierra y su pasado.
“Admirable amor por Cantabria”, en el más amplio sentido, amor por los Montañeses, por la Tierruca y por su magnífica historia muchas veces minimizada o apropiada injustamente por otros en otras épocas pero con los que hoy sin embargo compartimos ese pasado común y debemos esforzarnos por conservarlo dentro de nuestro gran país: “España”, en cuyo origen territorial, humano, religioso y lingüístico nuestra Tierra cántabra tiene mucho que ver a lo largo de su Historia.
 Vosotros con esta Fiesta sois el ejemplo de que no somos un pueblo pequeño y nuestros antepasados así lo demostraron, pero si aún así alguien lo piensa podéis decirle…
 “Mirad ese inmenso Mar, pues a ese Mar nosotros le hemos dado nombre, ¡Es el Mar Cantábrico! Mirad aquella magnífica Cordillera de montañas, pues también a ella la hemos nominado, ¡Es la Cordillera  Cantábrica!; y mirad a aquel gran río que nace en nuestras tierras, ¡Es el Ebro! El Iber de los antiguos Cántabros y que da nombre a toda España, a la Península Ibérica. ¿A que ya no somos un pueblo pequeño?
Si me permitís quiero recordar ahora una estrofa del himno a Cantabria, esta estrofa dice aquello de “que es muy grande mi amor a la tierra en que nací” creo que esta apasionada estrofa es digna heredera del “Mirus amor populo” (del admirable amor por su pueblo) y aunque entre ambas frases haya dos mil años de distancia las dos recogen lo que vosotros corraliegos y los distintos cántabros que hemos pisado esta tierra a lo largo de la Historia hemos sentido por ella “Admiración y Amor”.
Por todo ello ¡Celebremos la Fiesta! Y este año especialmente porque ¡Quién les iba a decir a los antiguos cántabros que sus “osados y animosos descendientes” iban a ganar una batalla pacífica, dos mil años más tarde, siendo la admiración de España, que ya considera a las Guerras Cántabras como Fiesta de Interés Turístico Nacional…¡Enhorabuena por ello!
Sólo os pido una cosa, que la conservemos y estemos siempre unidos en ella. Los hombres del Norte somos algo individualistas, quizás nos viene de aquellas antiguas tribus cántabras que luchaban por su cuenta, divididas entre ellas, pero que al final fueron capaces de unirse junto a su líder Korokotta olvidando pequeñas rencillas. Es misión de todos conservar esta magnífica Fiesta, cada uno a nuestro nivel, presenciándola, participando, “apoyándola” en una palabra.
 ¡A ver si somos capaces de seguir unidos en esto! ¡Animo y Pecho Kantabri, adelante!  
             Disfrutad de la Fiesta, disfrutad de la Historia, Sentiros orgullosos de nuestro pasado, de nuestra Naturaleza, de nuestras gentes, de nuestros pueblos. Divertiros en esta Fiesta, Respetarla, pero participad en ella a vuestra manera y gritad conmigo, ¡Viva la Fiesta de las Guerras Cántabras!   
…Perdonad, pero este humilde pregonero, al que se le ha concedido tan gran honor por el que siempre estará agradecido, no lo ha oído bien, os animo a empezar a desinhibiros con respeto, porque esto es una fiesta, como se desinhiben los festeros para vestirse de otra época, participemos, que no tenga que insistir para que gritéis. 
Vitoread conmigo y responded con un viva ¡Viva la Fiesta de las Guerras Cántabras!  ¡Viva!

 
(Pregón: Discurso elogioso en el que se anuncia al público la celebración de una festividad y se le incita a participar en ella, del latín “Praeconium”.)
Realizado por Jesús F. R. Leal el 29 de agosto de 2008 en el Escenario del Circo Máximo de Los Corrales de Buelna en la apertura de la Fiesta de las Guerras Cántabras.



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