Salimos de Gibaja y enseguida nos encontramos espectaculares pedregales, roquedales y el típico encinar cantábrico que nos acompañaría toda la ruta, con algunos ejemplares magníficos como el de la foto.
Finalmente, tras subir a una peña cercana por confusión, alcanzamos el famoso Pico o Picón del Carlista, como se le conoce. Desde allí se tenía una bonita vista de la Bahía y marismas de Santoña, de los picos de la zona (entre los que destacaba el Pico San Vicente), y nos encontrábamos en la divisoria entre Cantabria y Vizcaya, concretamente entre Rasines y el valle de Carranza.La vuelta fue un largo descenso por un joven encinar que nos llevó como en un eslalon hasta el mirador de la Mies, ya cerca de Rasines. Allí observamos el valle, los restos de una cantera y su lavadero, conservados como antiguo patrimonio industrial, e incluso un antiguo horno de cal, parecido a uno que habíamos visto en el Monte Dobra, junto a Torrelavega, aunque éste estaba mejor conservado. Desde allí sólo quedaba volver por una zona boscosa hasta Gibaja en 4 kms.
La ruta pormenorizada la tenéis en el blog Senderismo Cantabria, de uno de los Bonoruteros: Senderismo Cantabria Gibaja-Picon-del-Carlista-Gibaja
Y como siempre os dejo el vídeo de la ruta, donde se aprecia en movimiento el bello paisaje de la zona.
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