jueves, 28 de mayo de 2009

Feria del Libro Madrid 2009 - Jesus F. R. Leal

El Sábado día 30 de Mayo, de 12 a 14 h., estaré en el Stand de Cantabria (caseta 350), en la Feria del Libro de Madrid, allí firmaré ejemplares de mis obras ("El Arco del Druida" y "El Viaje de Kanto"), y será una buena ocasión para pasar un rato agradable con lectores, compañeros y amigos. Como sabéis, Cantabria es este año Comunidad invitada, y para ello se han programado una serie de actividades que podréis conocer visitando la página oficial de la feria del libro

martes, 26 de mayo de 2009

30 de mayo de 2009 exposición benéfica con acuarela de Ángel Armesto.

El 30 de mayo de 2009 a las 17.30 hs habrá una exposición benéfica en la parroquia de Montes Claros (Sta. Mª Micaela, en Cazoña -Santander-junto al Sagardía) y se pondrá a la venta, entre otros objetos, una acuarela de Ángel Armesto, entregando lo obtenido a Cáritas. Os lo comunico porque varios amigos os interesasteis por la acuarelas de Ángel, puede ser una oportunidad para adquirirla y hacer una buena obra.

EL ARCO DEL DRUIDA. Video de presentación

Tras su estreno en la Feria del libro de Santander en el presente mes de mayo os cuelgo en el blog el vídeo de presentación de la novela titulado "El Druida, su arco y el pequeño Kanto" donde os hago una introducción de los personajes, lugares y el comienzo de la aventura del protagonista.
Os recomiendo que prestéis especial atención a la música cedida por Luétiga, a las fotos de las guerras cántabras-AGUECAN, las acuarelas de Ángel Armesto y a la voz de Benjamín. Lo edite gracias a Manuel Pérez y Miguel A. Rodríguez. Espero que os guste.
Otras novelas: El viaje de Kanto


sábado, 23 de mayo de 2009

Entrevista en "Protagonistas Cantabria"

El miércoles día 20 de mayo fui entrevistado en "Protagonistas Punto Radio" a las 13:00 por Javier Rodríguez, hablamos de mi última obra "El Arco del Druida" y me hizo un cuestionario personal. Para todos los que me habéis dicho que no la pudisteis escuchar, os informo que en cuanto la consiga la colgaré en el blog.

sábado, 16 de mayo de 2009

EL ARCO DEL DRUIDA

Editorial: Tantín.
Nº de páginas: 220
Ilustraciones a color: Ángel Armesto
Precio: 10€
El relato recrea la vida de los Kantios, un Clan Cántabro que custodia la Cima de la Cordillera y el Lago Frío, y se describen importantes momentos en la infancia del protagonista de su primer novela, “Kanto”, un personaje lleno de vitalidad, valores y de amor por su familia y su clan.
Aquí comienza su interés por recorrer la Gran Cordillera, sus bosques, El Río Frío y, sobre todo, su deseo de ayudar a su Poblado y demostrar que puede ser un Guerrero. Ello le llevará a tomar decisiones cruciales a pesar de su corta edad y a sufrir las dificultades de crecer en una época en la que la supervivencia es muy dura y en la que acechan peligros que ponen en riesgo su vida.
En esos soles en los que vivirá sus mayores emociones, encontrará un Druida extraordinario, venido de lejos, que le hará ver cuestiones importantes para su futuro con la inestimable ayuda de un arco muy especial que, a su vez, le dará la confianza necesaria para afrontar sus miedos. También pondrá en práctica los buenos consejos que le darán sus padres y los demás miembros del clan, fruto de las tradiciones y la sabiduría de sus mayores, los antiguos Cántabros. Si quieres la novela pincha aquí.
Presentacion de "El arco del Druida", Feria del Libro
Relacionado: El viaje de Kanto 

PRESENTACIÓN DE "EL ARCO DEL DRUIDA"

Jesús F. R. Leal, presentó su última obra en la Feria del libro de Santander. El acto congregó a numeroso público que disfrutó de las diversas actividades programadas.



En la misma la Asociación de la Guerras Cántabras, de los Corrales de Buelna, se encargó de caracterizar a los protagonistas la novela, al ‘pequeño Kanto’ (representado por el niño Pablo), así como ‘el Druida de los Blendios’ (Pablo, padre), un guerrero Cántabro (Luis) y un legionario romano (Tomás), que simbolizaron las fuerzas enfrentadas en la época (Guerras Cántabras) con una magnífica puesta en escena.




Por otro lado, se pudo disfrutar de una exposición en la que se mostraron reproducciones de las armas –con el arco del Druida-, estelas, mapas e incluso una cabaña reconstruida a escala, así como un espacio para la Fiesta de las Guerras Cántabras, emitiéndose previamente un video con imágenes de la misma.

Otra actividad programada, fue la exposición de los cuadros del pintor Ángel Armesto, encargado de Ilustrar “El arco del Druida”. El autor presentó las preciadas acuarelas donde refleja con maestría los bellos paisajes por los que transcurre la aventura del ‘pequeño Kanto’. A su vez, se emitió el audiovisual preparado para promocionar la novela, “El Druida, su arco y ‘el pequeño Kanto”, editado por Manuel Pérez y Miguel A. Rodríguez, que contó con la colaboración musical de Luétiga.

Posteriormente y durante la firma de libro, se regaló a todos los presentes un ejemplar del mismo. El acto finalizó con la firma de ejemplares, una de las más concurridas de toda la Feria, y una degustación de bombones gentileza de Nestle.

En la presentación, el Presidente de la Asociación de libreros de Cantabria, Luis Lisaso, agradeció a Jesús F. R. Leal que eligiese a la Feria del Libro de Santander para presentar su obra, así como el esfuerzo realizado para la organización de todas las actividades incluidas en la misma.Posteriormente Jose Luis Fernández de la Gándara (Ediciones Tantín), se mostró satisfecho de dedicar este espacio de la Feria a promocionar a los autores Cántabros, y especialmente a quienes se dedican a ilustrar de una manera tan apasionada su historia y su naturaleza recomendando la lectura de la novela tanto por su interés literario como por los valores de su contenido.

Por último, Jesús F. R. Leal, agradeció a los libreros el espacio en la Feria y a Ediciones Tantín la confianza mostrada para sacar este proyecto adelante, y describió su obra como la historia de una superación personal, en la que un niño lucha con todas sus fuerzas para conseguir su sueño, ‘Ser un guerrero’, con la intención de salvar a su Clan y con la ayuda inestimable de un Druida y su arco.

Nota: La organización y Jesus quieren agradeceros la gran asistencia a pesar del tiempo y de ser puente. ¡MUCHAS GRACIAS A TODOS!  Audiovisual del arco del Druida

EL VIAJE DE KANTO

"Un Viaje Hacia la Libertad" es el audiovisual de apoyo a mi primera obra "El Viaje de Kanto".

La obra es una incursión en la narrativa histórica en el que una joven universitaria, estudiante de historia, tiene la oportunidad de realizar un extraordinario recorrido en el tiempo desde la Peña Amaya, la histórica capital de los antiguos cántabros. De forma amena e imaginativa, he intentado describir las bellezas de los valles y montañas de la región.

En ese viaje, Carmen observará como tres excepcionales guerreros, Kanto y sus compañeros Ammio y Laro, recorrerán la Cordillera Cantábrica, los Montes Vindio y los ríos y altos valles de la antigua Cantabria en busca de la magia de los Dioses para poder vencer, junto con el resto de guerreros de las distintas tribus de su pueblo, al Imperio Romano, el más temible y poderoso ejército de la época.

Esta obra es una invitación para todos los que esteis dispuestos a acompañar a los héroes cántabros y queráis viajar por una naturaleza fascinante con un pueblo histórico que como recogen los textos latinos de la época «nunca aceptó el yugo romano». Se debe hacer este recorrido con mucha imaginación. Quizás este relato pudo suceder así. Esta incógnita se despeja en el desenlace final de la novela. Si quieres la novela pincha aquí
                      "Un Viaje Hacia la Libertad"


Otras novelas: El arco del Druida

martes, 12 de mayo de 2009

ANGEL ARMESTO

Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Interpretación antigua)

Ángel Armesto nació en León en 1935. Dedicado en su vida profesional a la Microbiología industrial, se aplicó en su esfera personal a la pintura artística. Está ligado familiarmente a Cantabria donde residen sus dos hijas y donde crecen y aumentan en número sus adorados nietos. En el año 2007 comenzó su inestimable colaboración con el escritor Jesús F. R. Leal, el autor de este blog, y con reconocido acierto interpretó pictóricamente "El Viaje de Kanto". En el año 2009, vuelve a poner de manifiesto su brillantez en la acuarela al ilustrar a color "El Arco del Druida". A continuación hemos añadido algunas acuarelas de las novelas, la última publicada en el 2011: "La moneda de Favila, Dux cantabri".
Genealogía de los Señores de Lybana, Duques de Cantabria

Naturaleza ambientada en la novela





Castro cántabro en "El Viaje de Kanto"



El Druida y el pequeño Kanto









viernes, 1 de mayo de 2009

CRITICA LITERARIA DE F. JAVIER DAVILA

F. Javier Davila
"El Viaje de Kanto Jesús F. R. Leal, ilustraciones de Ángel Armesto, Ediciones Tantín, Santander, 2007. En cuidada edición de tapa dura, con tipografía fácil de leer y con dibujos que no puedo comentar, ve la luz la primera obra de Jesús F. R. Leal.
El libro se estructura en una doble narración, la de Carmen en la actualidad, y la de Kanto, guerrero cántabro, a través de Carmen. La parte de Carmen se desarrolla de forma totalmente lineal; si bien está narrada en tercera persona, bien podría haberse expresado en primera, pues todo lo que sucede le pasa a Carmen, y cuando hay necesidad de nuevos datos se van introduciendo personajes que los proporcionan. Esta técnica permite demostrar afirmaciones con un detalle más propio de obras científicas. Como consecuencia de sus estudios, el autor formula sus propias hipótesis sobre la Antigüedad. La ilación entre los dos planos de la historia, muy conseguida tipográficamente, es clara para el lector: a partir del capítulo II y hasta el capítulo XV todos empiezan con Carmen y terminan con Kanto. La intervención de Kanto está narrada como la clásica novela decimonónica de aventuras, de forma que las diversas etapas del viaje sirven para introducir curiosidades del país por el que discurren las aventuras. El aspecto onírico y mágico se ve reforzado por el continuo cambio de tiempos verbales: pretéritos imperfectos y perfectos, simples y compuestos, e incluso presentes, que hacen al texto muy dinámico. Combina medidas romanas para la distancia con métricas para la altura de los picos con muy buen criterio, toda vez que de ninguna forma los cántabros y muy improbablemente los romanos podían haber calculado la altura de una montaña desde el nivel del mar. El autor arriesga en las soluciones de fondo, como puede ser la diversa interpretación de la figura de Corocota (Korokotta en el texto). Se nota una cierta fascinación por la “k”, que lleva a que cántabros que toman el abecedario la usen. Del mismo modo, llama la atención la adaptación de palabras latinas para su empleo por los cántabros: “kantabri” vale para ambos géneros y números. Y el uso de términos latinos sin diferencias entre singular y plural. El lenguaje de la parte moderna contiene referencias a los modernos medios de comunicación social y expresiones magistralmente transformadas: “de lo que pudo haber sido y no fue, pero que a lo mejor todavía es posible”. También se aprecian en el libro reminiscencias de la novela religiosa, en la tradición de Ben Hur, Fabiola o Los Últimos Días de Pompeya. Sin embargo, Jesús F. R. Leal se aparta del planteamiento de Los Viajes de Gulliver. La crítica a la sociedad actual no se realiza en lugares (en este caso tiempos, pues es obra pegada a la tierruca) lejanos, sino que se hace desde el momento actual, respetuosa pero expresamente. Crítica que en muchos casos lleva a alabanza, pues por sus descripciones y entusiastas recomendaciones este primer volumen puede servir de guía de viaje. La obra contiene un canto al sacrificio y a la difusión del conocimiento. El autor no se recrea en la dureza de la Antigüedad, y por todo ello es un libro que se puede ofrecer a quien no se conoce. Por su estilo y contenido, es obra que se puede leer en voz alta en cualquier lugar, a cualquier hora y a cualquier público.
CONSIDERACIONES ETICAS. El autor del libro es compañero de trabajo, y a él me une relación de amistad. Las ilustraciones han sido realizadas por mi padre político.

D. Alerta 03-06-09 F. Libro Madrid




Reportaje completo de los 25 Tardíus de Luétiga por Jesús F. R. Leal en la Revista de Caja Cantabria

“25 TARDIUS…¡QUE NO ES POCU!”
“El largo vuelo de la Lechuza”

      Ha oscurecido hace unas horas y, pese a ello, la Plaza Porticada luce como en las mejores ocasiones, tomada por un público entusiasta. Todos los presentes levantan los brazos dando palmas al ritmo de la música, siguiendo la invitación de Fernando que, desde el escenario, maneja el tempo del concierto como el experimentado conductor de directos que es, después de centenares de actuaciones, y siempre con la intención de que esa noche veraniega sea inolvidable. Mientras, Puri canta con sentimiento: “Ay amor míu que te vas y no vienes, ese es el amor y el cariñu que me tienes”.
¡Que bonita canción, aunque sea triste!” dice emocionada una joven. Es un tema del último y brillante disco del grupo que está sobre el escenario. El álbum se llama “La Hestoria’l Santu enjamas contá”, y no cabe duda de que el conjunto que escuchamos es montañés. 
            Fernando Diego, el alma del grupo desde sus inicios hasta hoy, toma el micrófono y les anuncia: “Somos Luétiga y estamos encantados de poder celebrar hoy con vosotros que llevamos 25 años en el mundo de la música, ¡25 Tardius*, que no es pocu!”
            La gente ríe, la verdad es que son muchos otoños 'dando el cante'. Los componentes del grupo están felices: “Esta efeméride es muy importante para Luétiga, pero también lo es para la música folk y tradicional cántabra” dicen. Tienen razón. Cuando sus incondicionales miran más de dos décadas atrás, desde el año 1986, van encontrando cerca de 1.000 actuaciones musicales, seis discos** y nombres muy conocidos de la música montañesa actual que han formado parte de Luétiga: Marcos Bárcena, Roberto Diego, Raúl Molleda, Kate Gass,  Estebán Bolado, Jorge Méndez, Conchi García, Chema Murillo, Paco San José, Luisa Bahillo, Maite Blanco, María Santos, Rody Herrera, César Martínez o Miguel Balsa. Son pandereteras, cantantes, gaiteros, rabelistas, guitarristas, tamboriteros, ‘piterus’, o violinistas; en definitiva artistas que con su participación han hecho posible los 25 años de este grupo tan admirado. La nómina de músicos relacionados con el conjunto la completan colaboradores habituales como Peter Bulla, un excepcional violinista y ahora miembro del grupo, y las participaciones estelares en sus discos y conciertos de figuras de renombre nacional e internacional en la música folk como Hevia o Kepa Junquera.
            Mientras interpretan otro sentido tema, “Onde vas morenuca”, los integrantes actuales del grupo se van presentando: Borja Feal a la flauta travesera y gaita; Fernando Segura al bajo; Puri Díaz con su voz y a la pandereta; Fernando  Gómez a la gaita, clarinete y requinto; Juan Carlos Ruiz a la guitarra acústica; el propio Fernando Diego pone su  voz y la percusión, Peter Bulla al violín y, también con las percusiones, Sebastián Rubio, un músico del que podríamos contar que ha llenado dos veces el Madison Square Garden de Nueva York, dentro de las giras mundiales que realizó con el grupo 'Radio Tarifa'.
            “Llevamos ya seis discos a nuestras espaldas… ¡y podían haber sido más!” exclama Fernando Diego, siempre inconformista y sabedor de que con mejores medios y más apoyos habrían conseguido editar algún otro álbum, ideas y talento no les falta. Y es que desde su origen Luétiga no trataba de hacer una música de éxito fácil sino que, obviando lo más comercial, quisieron indagar en la música tradicional cántabra. Eran los tiempos de Milladoiro, el grupo gallego que fue un exponente del movimiento de renovación de la música folk en los años ochenta y al que se unió Luétiga en sus inicios. Su romántico proyecto fue ir por los pueblos y los valles de nuestra tierruca buscando sones olvidados, recuperando la ancestral música montañesa antes de que se perdiera, preguntando y aprendiendo de los últimos sabedores de estos tesoros: viejos rabelistas, veteranas pandereteras y tamboriteros, tradicionales gaiteros, afamados cantantes de ‘tonás’ o eternos piteros. Incluso me cuentan que, en una de las ocasiones más emotivas, conocieron al último dulzainero de Cantabria, el cual ya sólo pudo tararearles su canción: ‘La Danza de Seña’. Supongo que fue uno de sus momentos inolvidables y que a la vez les convirtió en obligados herederos de este arcano. Embebidos en las tradiciones, y cual alquimistas musicales, descubrieron una fórmula nueva para la canción rural popular, la hicieron crecer en estos tiempos nuevos de ‘urbanitas’ y la convirtieron en un preciado y moderno tesoro a preservar, para que nunca olvidemos las raíces de nuestros abuelos. Su idea les obsesionó, les ocupó el día y la noche y quizás de ahí venga el nombre del grupo, pues de tanto recopilar y cantar hasta la madrugada se recogían a la hora en la que vuelan las lechuzas*.
            Un ejemplo de esta vocación musical es ‘La última Cagiga*’vinilo y cassette, aunque al año siguiente se convirtió en el primer disco de música folk editado en CD.
            Ahora, en el recital de la Porticada, suena cautivador el violín de Peter Bulla y tras él un coro campurriano de voces masculinas, la 'Ronda del Liguerucu', que se ha unido al concierto, entona una emotiva canción: “Los que roldan* son los mozos, olé morena, los casados a la cama”. Es de su disco “A lo VIVU”, álbum conmemorativo de sus 15 años, que vio la luz en el 2001 y que tiene la magia de haber sido grabado en directo, escuchándose las fervientes palmas y los aplausos del público en un vibrante concierto. Esa es la reacción de la gente ante la música de Luétiga, porque sus canciones emocionan, salen del corazón de Cantabria, de sus esencias, de las ansias de los mozos, de la soledad de los pastores en las brañas, de los afanes y sueños de las laboriosas mujeres rurales, de las coplas pícaras de los rabelistas, o de la sensibilidad genética de los poetas del pueblo que recogieron lo mejor de sus vecinos, su dura vida y sus anhelos. “Es música nuestra de verdad, no sólo ‘inventá” como diría un paisanuco.
            “Hay una vieja en Peñamellera que toca la gaita que´l diablu la lleva”. Al cantar esta letra y seguir el alegre y rítmico sonido de las gaitas de Borja y Fernando la gente salta, vibra, levanta los brazos, la Plaza Porticada tiembla. Yo casi no veo a los músicos en el escenario, me los tapa la algarabía, la emoción se desborda. Dejo mi cámara y me pongo a cantar y bailar, que aquí hemos venido a divertirnos y a sentir la música de nuestra tierruca ¡vamos allá!
            Al poco tiempo, con el personal un poco más calmado, la letra de la canción ‘Con aire’ suena llena de picardía para sonrojar a alguna señora: “Quién pudiera ser el clavo onde cuelgas tu candil, para vete 'esnudar' y a la mañana vistir, con aireeee'”
            Estas dos últimas canciones son de su disco más reciente, “La Hestoria’l Santu enjamás contá” (2007), y en ellas Luétiga consigue transmitirnos como la gente en los pueblos, a pesar de su sencillez, siempre ha sabido poner una pizca de picardía que diera color a una vida a veces monótona. Y lo logra porque los artistas de este grupo estuvieron en todos nuestros valles recolectando su sabiduría, su folclore y sus sentimientos. En Polaciones aprendieron a tañer el rabel al calor de la lumbre, en las largas noches nevadas de invierno; yendo de Potes a Unquera oyeron el sonido mágico de la gaita saltando de roca en roca como un rebeco entre los Picos; siguiendo los cauces del Saja y del Besaya descubrieron entre sus frondosos bosques al pitero de Anievas, a clarinetistas y a tamboriteros; en Tresmiera les sorprendieron los blancos danzantes junto al mar azul entre las bahías de Santander y Santoña; combatieron el frío a orillas del Ebro bailando a lo pesao y a lo ligeru al son de las panderetas campurrianas y vallucas; y entre el Ason y el Agüera despertaron a todos con el pasacalles de Liendo, desayunando después un café con sobaos del vecino valle del Pas. 
            Con este bagaje único nos han ido recordando, a través de lo que mejor saben hacer, su música, lo valioso que es lo antiguo y lo tradicional y que, además, a veces tiene más chispa y vida que lo moderno. Es el ‘Cancionero pícaro montañés’, que también aparece en su disco 'A lo VIVU', expresado en aquellas coplas 'A lo ligeru' del inolvidable rabelista Pedro Madrid, que ellos cantan tan bien:
“Y a la botica niña no vaigas sola,
mira que el boticariu gasta pistola”…
“Si los curas cumieran piedras del río,
no estarían tan gordos los tíos jodios…”.
            Y los boticarios y los curas hacen oídos sordos y se lo toman con humor, por la gracia que el grupo pone al interpretarlo, no haciendo otra cosa que recoger el cantar popular sin ánimo de molestar. O quizás un poco sí.
            El concierto eleva su temperatura y por eso el grupo tiene que enfriarlo, para que no explote la olla a presión en que se ha convertido la Plaza Porticada, y lo hace con un gélido trabalenguas:
“Soi de yelu, vengo de yelu,
tú que no pueis desengüelellar,
vengo de San Agustín de la tierra,
voi para San Agustín de la mar,...”.
            Es una canción de su disco ”Cernéula” y corría el año 1.996 cuando hicieron este álbum que pone de manifiesto lo que ha destacado a Luétiga en todos estos años, su cantabricidad. Por eso de sus letras sale con fuerza aquel reivindicativo y naturalista: “Soi de Cantabria, soi”; recordándonos que
“los ríos, montis y playas
son atacaos de continu,...
y en la misma canción nos resumen en una estrofa cómo es 'lo nuestro':
la mar besa la montaña
nesti pais ondi vivu,
No asperaré a mañana
pa luchá polo qu’es míu...
soi de Cantabria, soi”.
            Luego suena ‘Adios Cantabria, adios’ y se nos pone la piel de gallina recordando a aquellos que tuvieron que abandonar con tristeza la tierruca buscando un futuro mejor (emigrantes, indianos, jándalos, exiliados) y Luétiga pone la poesía:
“Con glarimas enos ojos a la mí tierra digo adiós…
Piru marchar yo no quiero…
 Altas coteras, ciëlu gris
 Vujotros seis los testigos.
            Esta hondísima canción es de uno de sus discos más raciales, “Nel ‘el vieju” (1994), al que da nombre el bello tema del viejo corzo que 'cuerri'* entre las cajigas y las jayas* huyendo de los ‘perdigonis’ de los cazadores.
            Más en esta magnífica noche de música hay más sorpresas, como un sugerente espacio para el coqueteo con aquel: ‘Me distí las avellanas, no las quiero, no las quiero, que a mi me las dan de balde... y tu me pides ‘dinero”. Es un tema de uno de sus discos emblemáticos: “Cántabros”. Editado en 1999, varias de sus canciones fueron la banda sonora de la más ambiciosa exposición realizada sobre la historia de nuestra tierra, denominada “Cántabros, Génesis de un pueblo”, y allí tenía que estar Luétiga. El disco fue producido musicalmente por Hevia y tuvo las colaboraciones de Kepa Junquera, Peter Bulla, que se incorpora por primera vez al grupo en este disco, Yolanda Montoussé, soprano asturiana internacionalmente conocida y Fernando Largo, el fundador y arpista (tristemente fallecido el año pasado) del mítico grupo asturiano Beleño. Este disco contiene temas verdaderamente inolvidables, como el que da título al disco, compuesto por una jota de Valderredible y un pericote del famoso pitero ya fallecido, “el ciego de Sierrapando”; o la deliciosa danza pasiega “L´ahorcau” donde Hevia y Kepa Junquera, junto con los músicos de Luétiga, se unen para dar carácter de internacionalidad a la música cántabra. ‘Sentado sobre las rocas’ o ‘Puerros de Voto’ también están entre las preferidas.
            En definitiva, en un grupo que tiene en nuestra región sus señas de identidad, en el  ‘País Cántabru’ como dicen ellos, no podía faltar el Himno de Cantabria. Su versión del Himno a la Montaña es instrumental, honda y extraordinaria, y no es necesario que canten la letra, ya lo hace la gente espontáneamente en la Plaza para dar por terminado el concierto: “Cantabria querida te voy a cantar la canción que mi pecho te va a dedicar, que es muy grande mi amor a la tierra en que nací,...”;  la voz del público se eleva al entonar: “...quiero que mis sones puedan traspasar las montañas más altas y el inmenso mar…”; para casi finalizar con el rítmico y lleno de orgullo: “...Hijos de mi Cantabria, nobles de mi querer, hermanos montañeses por siempre hemos de ser.” Este himno aparece en el mencionado álbum “La hestoria’l Santu enjamás contá” y del arreglo musical de esta pieza, Pilar Guerrero, hija de Juan Guerrero Urreisti, insigne compositor del “Himno a la Montaña”, dijo que era la versión más bonita y emocionante que había oído de la obra de su padre. Como muestra de agradecimiento regaló al grupo la primera edición de esa pieza musical, del año 1929. Una joya que han conservado con emoción desde el año 2007 hasta ahora, cuando en la presentación del concierto “25 tardius…¡que no es pocu!”, conmemorativo de su 25 aniversario, decidieron regalársela al presidente de Cantabria, Ignacio Diego, que les acompañó en los actos de presentación de la citada actuación patrocinada por la Obra Social de Caja Cantabria en el mes de noviembre de 2011. El jefe del Ejecutivo regional expresó su emoción por el gesto y definió el regalo como «una joya». «Nunca tres pesetas valieron tanto», añadió refiriéndose al precio de la partitura en los años veinte. Asimismo destacó la trayectoria de Luétiga y su condición de "precursor" de la música folk de Cantabria y se confesó un "admirador" de la banda, lo que habla claramente de la trascendencia de Luétiga en la vida cultural de nuestra región.
            Este último álbum que recoge la versión del himno está muy elaborado musicalmente, con grandes canciones populares y propias, y se editó con motivo de la celebración del Año Jubilar Lebaniego. En él contaron con la colaboración el escritor torrelaveguense Mariano F. Urresti, que para la elaboración del libreto construyó una ficción con una interesante ambientación histórica que sitúa al grupo en una cueva en los alrededores de Santo Toribio de Liébana, descubriendo un códice donde los miembros de Luétiga encuentran la música que dará origen a “La hestoria´l Santu: “¿Qué ves?” dijo a mis espaldas Fernando Diego. Los demás miembros de Luétiga debían estar conteniendo la respiración mientras yo abría aquel cofre herrumbroso y tosco”. Así se inicia este intrigante libreto, a modo de relato, que supone un original y cuidado formato de edición del disco.
            Se acaba el espectáculo en la Plaza Porticada y todos los presentes en el concierto nos sentimos afortunados de que Luétiga siga haciéndonos vibrar tantos años después. No es fácil, desgraciadamente otros meritorios grupos musicales de nuestra tierra no han aguantado tanto. Por eso esperamos que no cejen en el empeño de recuperar, profundizar y realzar la música tradicional montañesa porque cuando no sea así nos lamentaremos. Permítanme que imagine lo que diría al respecto una hipotética canción dedicada a ellos e interpretada por sus incondicionales: “Dicen que un triste día sus voces se van a apagar; que sones y compañía, Fernando no podrá juntar. Y entonces en pueblus y villas la gente se lamentará: “A sus voces, pitus, tambores y gaitas de menos les vamos a echar, pues pocus como ellos saben nuestros sentimientos cantar. ¡Luetiga, Luetiga,Luetiga, Luetigaaa!
Y a continuación el estribillo conmemorativo de este aniversario:
“Cantan que veinte años no es nada
mas veinticinco tardius no pocus son
Que acaban con el más valiente
Y sólo los cumple cantando
el soñador o el inconsciente”.

            A todos los que admiramos a este grupo nos gustaría que siguieran así siempre, que continuaran siendo unos soñadores, que tuvieran un gran éxito a nivel mundial. ¡Se lo merecen por su esfuerzo, arte, amor a la tierra y a sus gentes! Destacar que sí han tenido reconocimiento artístico internacional en los festivales de música folk y celta en Italia, Estados Unidos, Méjico o Portugal; por supuesto son referente en los festivales españoles: Festival Celta de Ortiqueira, Folksegovia, Intercéltico de Moaña, La Folixa de Mieres, Vilanova i la Geltrú, Etnohelmántica …; y claro está en los de Cantabria: Sauga en Colindres, Intercéltico de Orejo, Magosta en Castañeda, o Borleña, entre muchos otros. Luétiga también ha sido intérprete de la partitura musical de la obra “Misa Popular Cántabra”, del compositor Nobel Sámano, acompañando a La Coral Salvé de Laredo, al grupo de danzas Nuestra Señora de Covadonga, el Coro Ronda Valle de Camargo y la Escolanía de Laredo en un magnífico espectáculo que ha llevado al grupo a tocar en algunas de las más bellas iglesias de Cantabria y de España, con una serie de actuaciones que fueron seguidas por más de cien mil personas.
            Tuvieron un enorme éxito en todos estos espectáculos y ello lo corroboran las bellas palabras dedicadas a Luétiga por Mario Correia, director del Festival Intercéltico de Sendim (Portugal) de hace unos años, cuando decía: “Quien haya asistido a un concierto de Luétiga habrá disfrutado de la energía, fuerza, talento y virtuosismo de la mano dada de una memoria de pasión étnica, que resiste al tiempo porque se aloja bien dentro en el corazón de nuestras emociones culturales. En el horizonte, volando desde el pasado hasta el futuro, observamos la silueta de esa rapaz nocturna que dio nombre a un grupo ya mítico en el panorama folk peninsular. Su contemplación nos llena a la par de melancolía y felicidad.”
            Meses después de aquella actuación veraniega de la Porticada, ya en el otoño, se celebró el anunciado e inolvidable concierto de Luétiga en el que cumplía efectivamente esos '25 tardíus'. En el teatro CASYC cantaron con ellos sus antiguos compañeros, como Marcos Barcena, Chema Bustillo o Paco San José, reviviendo lo que ya es una brillante historia del grupo, y participaron también en la fiesta otros amigos y grandes artistas de la música tradicional cántabra como 'El Malvís de Tanos', 'El Cachas', Moisés Serna, Esther Terán, el gaitero Borja Palacio, el colectivo de piteros de Santander, los Coros y Danzas de Santander, las pandereteras del Mimbral y la Ronda campurriana de El Liguerucu.
            Fue una magnífica celebración para estos veinticinco fructíferos años del grupo que se convirtió, casi espontáneamente, en una maravillosa fiesta del folclore montañés.
            ¡Larga vida a Luétiga y a la música tradicional de nuestra querida Cantabria!

*Jesús F. Rodríguez Leal. Escritor y autor de este reportaje y del lema de los 25 tardíus, ha seguido muy de cerca la trayectoria del grupo en los últimos años de la mano de Fernando Diego con quién ha contrastado la información aquí recogida.

Relato a pie de calle: El Espíritu de los Libros

Feria del Libro de Santander 2009
EL ESPÍRITU DE LOS LIBROS
(JESÚS F.R. LEAL publicado en Cuaderno "Relatos a pie de calle" de la Feria del Libro de Santander 2009 )
   
"Aquella Semana había llovido abundantemente y no habían sido unos buenos días para los vendedores de libros. A pesar de que colocaron sus jaimas o tiendas en las calles con mucha ilusión y esfuerzo para acercar las historias a los lectores, sólo quedaban dos días para que acabase la Feria del Libro de aquella ciudad y se habían vendido muy pocos ejemplares.
Sin embargo aquel sábado, el penúltimo día de la Feria, aún les iba deparar una sorpresa. Atardecía, ese momento del día que inspira a lo mágico, cuando se acercó por allí un personaje singular. Si me preguntáis por su edad no sabría deciros cuál era porque primero me pareció poco mayor que un niño, luego se convirtió en un joven soñador y al final de la tarde ya era un maduro adulto que se aproximaba por momentos a la vejez. Tampoco sabría explicaros como se produjo esa transformación, sólo sé que aquel personaje que resultó ser intemporal se puso a esa hora de la tarde en el centro de la Plaza de la Feria y empezó a hacer algo muy sencillo, se puso a contar historias.
Al principio, como llovía, nadie se acercaba a su lado pero Él no dejaba de relatarlas. Poco a poco fue cesando la lluvia y un intrépido niño se separó de sus padres y se acercó a Él. Se quedó escuchando sus relatos con atención y, entre palabra y palabra, sus miradas se cruzaban. La mirada del Personaje desconocido era de felicidad, y tenía ilusión del que disfruta contando historias a los demás; la del niño también era una mirada feliz, con la ilusión del que quiere vivir nuevas aventuras.
Al poco tiempo se acercó otro niño, empujado por una nueva curiosidad, y después los Padres pero no para escuchar sino con la intención de llevarse a los niños para que no se mojasen. De pronto dejó de llover definitivamente, los pequeños no se querían ir e incluso llegaron muchos más, y sorprendentemente los propios Padres se empezaron a enganchar con las bellas historias de nuestro personaje. Es más, al cabo de un rato había algún Padre más ensimismado que los niños escuchando aquellos relatos.
Y no era para menos porque las historias del personaje desconocido hablaban de países lejanos y exóticos pero también de pueblos cercanos llenos de encanto; de Guerreros épicos dignos de admiración y de gentes sencillas pero también admirables y maravillosas; hablaban de hechos heroicos que cambiaron épocas y reinos y de tardes tranquilas y silenciosas en una pequeña plaza de pueblo donde casi nunca pasaba nada; hablaban de momentos tristes dignos de las mayores lagrimas de emoción pero también de momentos llenos de felicidad y alegría en paisajes plenos de belleza; hablaban, en fin, de la vida y de los sentimientos y sueños de los que la vivimos.
De esta manera tan estupenda acabó la tarde y fue uno de los días más emocionantes que se recuerdan en la Feria de aquella ciudad. Nuestro personaje se fue con andar cansado entre los cariñosos aplausos del público que, en poco tiempo, había llenado la Plaza. Los niños, todavía entusiasmados, recordaban a sus Padres las historias que más les habían gustado y, aquella tarde que estaba predestinada al fracaso se convirtió en una tarde de ilusión.
Los Libreros no daban crédito a lo que estaba sucediendo. Salían de sus Jaimas y, tras contemplar el espectáculo, y a la gente preguntando por los libros, se decían entre ellos ¿Tu has contratado a este contador de historias? “No” se decían unos a otros. Sorprendidos fueron a preguntarle al Coordinador de la Feria pero el tampoco sabía nada. Tal era su curiosidad que les preguntaron incluso a los Cuentacuentos de la ciudad pero por más que insistían nadie lo conocía. De modo que nunca supieron quién era aquel misterioso personaje que había revolucionado la Feria.
Por fin, uno de los libreros dijo “a lo mejor era el Espíritu de los libros”, los demás se miraron unos a otros y sonrieron. “¿Por qué no? Me gusta ¡El Espíritu de los libros! Tenemos que invitarle todos los años”dijo el Coordinador impregnado por el sorprendente ambiente de magia e ilusión que había entre los presentes.
Al día siguiente, mientras recogían, los libreros hacían cuentas. El sábado había sido un buen día pero en conjunto no se podía decir que hubiera sido un buen año, lo recaudado apenas daba para cubrir los gastos de la Feria. Pero, viendo sus semblantes, parecía que aquello no les importaba demasiado, aquel sábado su orgullo de vendedores de libros había alcanzado su plenitud y por fin habían compartido una tarde con el espíritu de los libros. ¡Nunca lo olvidarían!"   Jesús F. Rodríguez Leal